Tradición centenaria atrae a multitudes para pedir favores y orar por enfermos.
JALA.
En el encantador Pueblo Mágico de Jala, la devoción por el Señor de Acatique sigue siendo una fuerza poderosa.
Cada día, cientos de fieles se congregan en el inmueble designado para venerarlo, implorando favores para sus seres queridos enfermos.
Esta tradición arraigada en la comunidad de Jala se distingue por el hecho de que el Señor de Acatique visita los hogares diariamente, permitiendo que los creyentes lo honren en sus propios domicilios.
Es una práctica común que los anfitriones del hogar donde reside la imagen del santo ofrezcan bebidas y bocadillos a los devotos que acuden a rendirle culto.

Con el último día de abril marcado en el calendario, la anticipación aumenta mientras el Señor de Acatique se prepara para regresar a El Ciruelo, culminando así otro ciclo de devoción ferviente en Jala.
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