En un mes comenzará a escribirse la historia de los presidentes municipales que relevarán en sus funciones a los que, a estas alturas, ya fueron juzgados por los ciudadanos a quienes sirvieron durante cuatro años.
La mayoría de éstos alcaldes que van “de pele” pasaron al patíbulo de Facebook para ser linchados muchas veces con justa razón. En otras, fueron el blanco de infundios de haters o trolls. Ninguno estuvo exento de los unos y de los otros.
Usted, juicioso lector, seguramente ya puso en la balanza a cada uno, cotejándolo con sus paralelos en otros municipios; o quizá, en retrospectiva con quienes les antecedieron.
De ser así ya tiene la respuesta a muchas preguntas como: ¿Qué tanto ha cambiado mi comunidad en estos últimos cuatro años? ¿Cuántas obras se hicieron? ¿Cuáles fueron los escándalos más sonados en redes sociales? ¿Tuvieron sustento? ¿Me enteré de primera mano, lo sé por experiencia propia o me lo dijeron o lo vi en Facebook? En caso de que no haya habido avances en el desarrollo urbano, ¿Estoy enterado de cuáles fueron las causas? ¿Quiénes fueron los funcionarios claves, los que sacaron el trabajo y se aplicaron a sus tareas, y quiénes simplemente fueron a calentar la silla? ¿Creo tener prejuicios por algún comportamiento del orden privado del mandatario municipal por razones que no conciernen a su servicio público? ¿Su escolaridad, sus defectos como humano, y hasta su mala suerte?
Quienes tratamos y conocemos a los líderes políticos, más allá de amistades —que siempre quedan al margen de cuanto se escribe en estas líneas—, entendemos que la administración pública no es como hacer enchiladas. Y mire que las enchiladas jamás me han salido.
Sin embargo, sí tengo una apreciación de cada una de las gestiones que me tocó conocer.
AHUACATLÁN:
En mi municipio hubo escándalos imposibles de ocultar. Todos ellos los dimos a conocer. La obra del mercado fue uno, pero no el menor, pues ésta administración tuvo una crisis política que puso en riesgo incluso la continuidad de Agustín al frente de la presidencia. Al final, el Ayuntamiento lo resolvió destituyendo al tesorero municipal.
Muchos lo negarán, pero Agustín fue un hombre generoso con quienes se le acercaban a pedirle ayuda. De su bolsa ayudó a quienes así se lo requerían. Además en cuestiones de movimientos políticos tiene habilidad. Ejemplo de ello es la influencia que dejará en el gobierno que está por venir cuando supo alejarse del partido que lo llevó al poder (PRI) y pasarse a (MORENA), tal y como lo hicieron muchos otros en Nayarit.
Dos errores que le costaron mucho fueron las malas influencias de supuestos amigos. Algunos lo traicionaron, otros sólo lo usaron para sacar raja, divertirse, sentirse importantes. Sin eximirlo de su responsabilidad, también le hizo falta poner en la Tesorería y Contraloría a funcionarios con mayor capacidad.
Sus ausencias dejaron un vacío de liderazgo que sólo retomó casi al final de su administración, cuando ya se abocó de lleno a los asuntos públicos. Siempre se le recordará por los mejores ornatos de la Feria de Octubre, La Navidad y otras conmemoraciones importantes.
JALA.
Quizá la mejor administración que hubo. Un gobierno encabezado por un político con sensibilidad y valores. Fueron muchas obras que saltan a la vista —al igual que en Ixtlán del Río—, pero además, Carlos Carrillo tenía el tacto de cuidar las formas, y para mí las formas cuando se es un servidor público son importantísimas.
Pese a haber ganado con menos de 100 votos, el arquitecto Carrillo Rodríguez supo tratar a todos los actores políticos con respeto. En Tepic era bien recibido por tirios y troyanos. Fue un alcalde que se involucró muchísimo en los asuntos del gobierno. Hasta altas horas de la noche permanecía despierto, y a primera hora ya estaba de pie para atender más asuntos.
La pandemia fue bien manejada desde el comienzo. Inclusive fue capaz de descubrir el caso cero en Jala y sus orígenes. En este caso, el asunto se salió de control más por la negligencia e ignorancia de la población, que por las medidas tomadas por la administración pública.
Supo posicionar a Jala a nivel nacional, y preservar la denominación de Pueblos Mágicos. Mantuvo una buena relación institucional con sus homólogos y con el gobierno del estado y la federación. Organizó y delegó bien las funciones que le correspondían a cada departamento. Y sobre todo, se mantuvo al margen de la tesorería y contraloría, lo que le permitió a los titulares de ambos departamentos llevar un control estricto de las finanzas municipales.
IXTLÁN DEL RÍO.
Muchos creen que Elsa Nayeli hará un trabajo mejor que el de El Charranas. Que éste último no hizo la gran cosa. Pero la verdad es que la primera mujer presidenta que tendrá Ixtlán del Río tiene la vara muy alta. Tendrá que esforzarse demasiado para bajar los recursos, igualar y luego superar al todavía alcalde Juan Parra Enríquez.
Fueron muchas obras, calles y avenidas rehabilitadas. El comercio en esta ciudad es boyante. Cada vez en las calles paralelas a la avenida Hidalgo confluyen más negocios de todo tipo. Ixtlán sí se transformó, se sigue renovando.
Y aunque no me lo crean, una de las fortalezas del presidente fue lo que muchos tanto critican: su desdén por los protocolos y las formalidades, ese estilo chabacano para hablar en público. Eso le permitió ser autoridad y enfrentarse a muchos problemas que a cualquier otro lo hubiese puesto a sudar la gota gorda.
El Charranas no se inmutaba ante funcionarios de alto vuelo —ya les contaré anécdotas que guardo para el futuro—. Se llegó a enfrentar con el propio gobernador e imponerse. Únicamente porque lo detenían sus asesores, pero pudo haber hecho más cosas que se propuso a hacer desde campaña. Como desalojar a los puestos ambulantes del centro de la ciudad.
En cierta ocasión, me tocó ver cómo fue a dialogar con los dueños de taxis que están a un lado del Hospital. Quería reubicarlos para dejar una banqueta en dónde los familiares y pacientes pudieran transitar sobre la Av. Emilio M. González. Los taxistas lo increparon. Él quería hacer las cosas bien, pero muchas veces lo detenían sus cercanos o algunos regidores de oposición que se opusieron a muchas cosas en beneficio de las mayorías.
Otro ejemplo es el del señor que vende cocos en la plaza principal y el cual en una nota dimos a conocer que hasta llegó a obstruir la rampa para minusválidos. La gente lo defendió junto con un grupo de regidores. Y ahí está. No porque Charranas quisiera, porque tenga derechos —los espacios públicos, sobre todo en las calles no generan derechos de propiedad ni de posesión bajo ningún circunstancia—.
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