ZONA SUR. – La presencia de migrantes centroamericanos en el crucero de Ahuacatlán y en las calles de Ixtlán se ha incrementado notoriamente buscando la providencia de los ciudadanos para comer o financiar la continuación de su viaje a los Estados Unidos.
Los indocumentados, que anteriormente podían verse sólo cerca de las vías del ferrocarril, han ingresado a la ciudad. Ahora se les puede ver a diario en la avenida 20 de noviembre o en las calles de Ixtlán.
Este fenómeno se empezó a palpar desde la segunda semana de noviembre y se atribuye a la política antiinmigrante del presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump.
Los migrantes quieren hacer el intento de pasar la frontera estadounidense antes de que Trump asuma el poder, considerando que una vez que se convierta en presidente de Estados Unidos, aplique esa política antiinmigrante que tantas veces anunció.
Su meta es llegar a ciudades de la frontera donde pueden conseguir trabajos con buena paga, pues reconocen que de unos años para acá, cruzar al otro lado – a Estados Unidos – y no ser deportados, es prácticamente imposible. Pero para ello necesitan reunir el dinero suficiente para solventar los gastos de un viaje difícil y por demás peligroso. Por esta razón, lo mismo pueden pernoctar una noche que hasta dos semanas en esta zona, en lo que juntan los fondos para poder continuar su recorrido.
Ahora resulta muy común observar a diario a grupos de migrantes centroamericanos en el crucero del ferrocarril, en Ahuacatlán, o deambulando por la zona del bulevar; y algo similar ocurre en Ixtlán, donde se ve a hombre y mujeres de color pedir dinero en algunas calles, pero más aún en las orillas, en el oriente o en el poniente.
Del mismo modo se les puede ver montados en el tren, en grupitos de tres, cuatro, cinco o más personas; y lo mismo se mira a hondureños que a salvadoreños, a guatemaltecos y a colombianos, al igual que a cubanos.
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