Ciudadanos cuestionan incapacidad, corrupción y prioridades del gobierno municipal.
COMPOSTELA.
La reciente publicación que evidenció el descontento ciudadano ante la falta de tacto y atención del presidente municipal Gustavo Ayón ha provocado una ola de reacciones y cuestionamientos en la comunidad.
No solo se reprocha su forma de gobernar, sino que también se pone en duda la capacidad del alcalde para resolver problemas cruciales como la recolección de basura, la seguridad pública y la educación.

El malestar no es un hecho aislado: son numerosos los vecinos y sectores sociales que expresan su inconformidad con el estilo de gobierno que se ha impuesto en Compostela.
Además, crecen las sospechas sobre posibles actos de corrupción y la falta de inversión en infraestructura básica, lo que ha generado un clima de incertidumbre y desconfianza hacia las autoridades municipales.

Entre las críticas más recurrentes está la percepción de que las autoridades priorizan actividades superficiales y eventos sociales, dejando de lado las obras sociales y proyectos fundamentales que realmente beneficien a la población.
Este enfoque ha sido señalado como una muestra de las despriorizaciones que afectan directamente la calidad de vida de los compostelenses.
La comunidad espera respuestas claras y acciones concretas que atiendan las demandas sociales y retomen el camino hacia un gobierno transparente, eficiente y cercano a las necesidades reales de sus ciudadanos.
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