A casi un año de gobierno, las promesas se diluyen entre el ausentismo y la falta de resultados.
COMPOSTELA.
Lo que inició como una administración con buenas expectativas, hoy parece sumida en el desencanto ciudadano, pues, a casi un año de gestión, el presidente municipal Gustavo Ayón ha perdido respaldo popular, y su gobierno, lejos de avanzar, da señales de retroceso.
Al comienzo del mandato, el equipo de comunicación del alcalde se esforzó en proyectar una imagen de orden y progreso, pero con el paso de los meses, la realidad ha comenzado a imponerse.

Entre las principales deficiencias que señala la población destaca una en particular: el recurrente ausentismo del presidente municipal.
Es raro —por no decir imposible— encontrar a Gustavo Ayón en sus oficinas del Palacio Municipal, lo cual ha generado un creciente malestar entre los ciudadanos que acuden a solicitar atención, orientación o solución a sus problemas.

De acuerdo con distintas voces locales, este ausentismo obedece muchas veces a motivos personales, ya que el alcalde pasa buena parte de su tiempo fuera del municipio, buscando insertarse en otros círculos, pero descuidando su deber como máxima autoridad de Compostela.
Mientras tanto, las quejas van en aumento. Los habitantes del municipio expresan su inconformidad por la falta de atención, la lentitud en la solución de problemas básicos y la ausencia de liderazgo visible.
La sensación generalizada es que la administración está “dando tumbos”, sin rumbo claro y con escasa presencia en el territorio.
A medida que se acerca el primer aniversario de este gobierno, la ciudadanía exige respuestas concretas, pero sobre todo, presencia, compromiso y trabajo cercano.
Compostela necesita mucho más que discursos y apariciones esporádicas; requiere una autoridad que escuche, actúe y gobierne desde el territorio, no desde la distancia.
Discussion about this post