ZONA SUR. – Rojas y amarillas, blancas o moradas, ¡Sabor a pitaya! Pitayas carnosas, dulces. El fruto llega a Ixtlán y a Ahuacatlán, a Jala y sus alrededores, en canastos o chiquigüites, en baldes de peltre o de plástico; y la mayor producción proviene del municipio de Amatlán de Cañas y de las zonas áridas de Santa Cruz de Camotlán; pero también de Méxpan y de Zoatlán.
La cosecha de pitaya apenas inicia. No hay muchas, ¡Pero qué sabrosas están! Los productores quieres sacarle el mayor provecho a este fruto, carnoso y jugoso, además de su exquisito sabor un tanto exótico.
Para nadie es desconocida la fama de la pitaya que se produce en los municipios de Ahuacatlán, Ixtlán y Amatlán de Cañas.
No hay en esta zona una sola persona que radique en el extranjero y que cuando tenga comunicación con los suyos por cualquier vía, pregunte “¿Y cómo están las pitayas este año?”.
Lamentablemente esta fruta no ha podido comercializarse a gran escala y la única forma de comer esta fruta, lo es en esta época y en fresco. Existen intentos y hay ya muchos guisos con este frutal pero hoy en día es difícil todavía su conserva.
Es en mayo cuando se obtiene la mayor y principal cosecha de la pitaya; pero es en junio, con la llegada de las primeras lluvias, cuando termina la producción de esta fruta, tan mágica, tan deliciosa, tan deseada y también tan difícil de conservar.
Así las cosas desde principios de este mes se empezaron a ver en la región las primera pitayas. Hoy a dos días de que concluya el mes de mayo, la producción crece significativamente, beneficiándose con ello muchas familias productoras de la fruta.
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