JALA.- Hace casi el mes en que los primeros elotes comenzaron a jilotear. Sobre todo en los tierras de humedal los sancuaneños, unas largas mazorcas que producen un buen grano para infinidad de platillos, se empiezan a vender al por mayor.
Un agricultor de Coapan presume el suyo. En su camioneta recorre las calles de Jala ofertado a los comerciantes para la vendimia. ¡Y vaya que lo aprovechan! La ganancia que deja el elote cocido no es para nada despreciable.
En unas tinas que cubren con costales o manteles gruesos, los elotes se cuecen con una leña muy inflamable. Hay de distintos tamaños, géneros y sabores. El criollo es uno de los preferidos. Es más chico pero tiene un grano amarillo y grueso con un saber medio dulce.
De hecho el maíz criollo de Jala es uno de los más selectos a nivel mundial. Son en estas tierras donde se han producido las mazorcas más grandes en todo el globo terráqueo. En una entrevista hecha por el Regional del Sur hace tiempo (”El maíz evolucionó en Jala”), el ingeniero Aarón Hernández dijo que el registro histórico que se tiene es de un elote que llegó a medir 48 centímetros.
No por nada la Feria del Elote es una de las más ricas en cultura; aunque a veces se menosprecie, se ignore o tenga un origen religioso que hace 33 años, como en otros municipios, se estableció con un carácter seglar o laico.
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