Cuando Katia y “La Muñeca” se miraron, de inmediato sintieron que debían estar juntas. Fue, digamos, un amor maternal entre madre e hija. De ahí en adelante afloraron en sus corazones el cariño y la ternura.
Corría el mes de marzo del 2006 —poquito antes del inicio de la primavera— cuando ocurrió este primer encuentro entre Katia Álvarez y esta diligente perrita perteneciente a la raza Maltés.
En aquel tiempo Katia estaba soltera. Cinco años después conoció al licenciado Alonso Arellano y, después del noviazgo contrajeron nupcias. De ahí en adelante ambos se dedicaron a cuidar noche y día a Muñeca.
Han transcurrido ya pues 15 años del nacimiento de esta mascota; por eso es que Alonso y Katia decidieron celebrar este acontecimiento tan singular organizándole una fiesta a la que se sumaron sus familiares, siendo parte fundamental en ello Karla Yiruba Guzmán, quien se encargó de confeccionarle un precioso vestido de forro y organza en color rosa a la tan querida perrita.
El festejo tuvo lugar en una finca de la capital nayarita, en la azotea, cuyo espacio fue exquisitamente decorado, como si se tratara de una fiesta de esas que se celebran a las jóvenes que cumplen 15 años.
Y en realidad se trató de una quinceañera; solo que en lugar de una persona, se festejó a una linda galbana, es decir a una tierna chuchita.
Muñeca lució un hermoso vestido y un vistoso collar e igualmente sus dueños le compraron un delicioso pastel que adquirieron en el establecimiento conocido como “Pastel, arte Tepic”.
Entre globos y la entonación de “Las Mañanitas”, la perrita pasó un día feliz. Sin chistar un ápice se dejó colocar la vestimenta. En ningún momento renegó. Al contrario, corrió con uno y con otro en señal de agradecimiento. Se subió a los pies de los invitados, entre los que se encontraban abuelos, tíos, primos y sobrinos de Katia, quien junto con su esposo Alonso mandó confeccionar también unas camisetas especiales con la imagen de La Muñeca, mismas que fueron repartidas entre la concurrencia.
La perrita estuvo acompañada de otros cuatro canes y dos gatitos. Todas las mascotas mostraron cordura; pero la más contenta obviamente fue Muñeca y no se despojó de su vestido sino hasta llegada la noche, a instancias de sus dueños. ¡Un festejo muy singular!, sin duda alguna.
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