JALA.
Con una frase de Roosevelt, el presidente Carlos Carrillo rememoró su primer discurso en Jala, un mensaje que, dijo, no se arrepintió de haberla adoptado como una de sus motivaciones para emprender la administración pública: “En la vida hay algo peor que el fracaso, y eso es no haber intentado nada”.
Ante un auditorio en dónde concurrieron aproximadamente 120 personas, el munícipe hizo entrega de un paquete con todas las acciones de gobierno que realizó en el último año de su gobierno, a tan sólo 8 días de que ceda el mandato a su sucesor, Antonio Carrillo Ramos, ahí presente en la primera fila.
Primero los honores. Luego una presentación muy breve y el pase de lista por parte del secretario municipal, Rodrigo Ventura Rocha. Todos presentes. Sin uniformarse pero bien acicalados. El único con traje y corbata fue el propio Carlos. Que era franqueado por la bandera de México y una bandera blanca con el escudo de Jala mientras emitía su discurso. Uno de los más elocuentes que ha pronunciado. Leyendo, pero entre líneas.
Previo a esto se proyectó un vídeo con las últimas obras realizadas en uno de los municipios con más historia y folclore de Nayarit. Posteriormente al alcalde se dirigió a todos destacando la sensibilidad que su gobierno puso en aquella población más necesitada. Destacando las gestiones que hicieron posible realizar las obras que fue enumerando:
Plazas, remodelaciones de espacios públicos, promoción de eventos, visitas de personajes del Estado Mexicano, como el Secretario de Agricultura, Víctor Villalobos; o la más reciente de Miguel Torruco. Pero también hizo énfasis en las crisis, y en aquellos momentos de “adversidades” que fueron frecuentes en su mensaje a los jalenses. Desde la pandemia hasta la falta de recursos y el recorte de participaciones.
No obstante, Carrillo Rodríguez hablando en tercera persona, en ratos; y hablando en primera persona, en otros; enunció todos los logros que no sólo en su último año de gobierno realizó, sino en todo un cuatrienio.
Casi al final de su intervención, su voz se fue quebrando cuando recordó aquel confinamiento que le hizo conocer las amistades que le apoyaron con comida, con despensas, con cubrebocas, y en general la ayuda humanitaria proveniente de todas las partes del la república. Además de agradecer a su esposa quien en estas jornadas de visitas a la gente que se contagió, ella misma cayó en convalecencia por el coronavirus.
En este mismo espacio se les rindió un minuto de silencio a las víctimas del virus mortal que ya no están presentes. Además hizo un reconocimiento a los médicos que, en su momento también pusieron en riesgo su integridad.
Carlos Carrillo terminó diciendo que en estos cuatro años de gobierno no se endeudó al Ayuntamiento. Que se va sin dejar pasivos y, más que eso, que se pagó más del 70 % de deuda pública que él heredó a pagarse a largo plazo. Y así entre aplausos, y con el reconocimiento de todos los ahí presentes y otros que no pudieron estar, el presidente del trigésimo séptimo Ayuntamiento de Jala dejó el atril y bajó para saludar a algunos amigos.
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