Tras la Feria, el municipio cambia la fiesta por la tradición.
AHUACATLÁN.
Luego del intenso ajetreo que dejó la Feria de Ahuacatlán, el gobierno municipal que encabeza el doctor Manolo Andalón comienza a respirar —aunque sea un poco— y enfoca ahora sus energías en los preparativos para una de las celebraciones más entrañables del año: el Día de Muertos.
Después de correr de un lado a otro, de atender imprevistos y resolver detalles hasta el último minuto, las autoridades locales ahora se disponen a darle una “manita de gato” al panteón municipal, ese lugar donde el silencio tiene historia y donde cada flor cuenta un recuerdo.
Para ello, se destinará una cuadrilla de trabajadores que realizará labores de limpieza, pintura de muros y acondicionamiento de espacios, con el propósito de que el recinto luzca digno y acogedor para quienes, como cada año, acudirán a visitar a sus seres queridos.

Pero el trabajo no se limita a eso. El gobierno de Ahuacatlán también afina los detalles de un amplio programa de actividades con motivo del Día de Muertos, que incluirá la exhibición de altares, concursos de catrinas y catrines, además de otras expresiones artísticas y culturales que buscan mantener viva la esencia de esta tradición mexicana.
Así, mientras las luces de la feria se apagan y el bullicio se convierte en recuerdo, Ahuacatlán vuelve a vestirse de color, aroma y memoria. Porque aquí, entre velas, flores y música, la muerte no asusta: se honra, se celebra y se recuerda con amor.
























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