Vacacionistas y familias se reencuentran, dando nueva vida a la zona centro.
AHUACATLÁN.
La zona centro de Ahuacatlán luce más viva que nunca. Gentes que van, gentes que vienen, caminando de un lado a otro, disfrutando del ambiente, de la compañía… y por supuesto, de la comida.
Ya sea un lonche con Chago o unos sabrosos tacos con «El Negro», el pueblo se llena de aromas y risas en este verano de reencuentros.

Este repunte en la actividad se debe al regreso de los hijos ausentes y a la llegada de vacacionistas que aprovechan el receso escolar para reunirse con sus familiares en esta apacible localidad nayarita.
La estampa es entrañable: abrazos largos, caminatas familiares y el inevitable antojo que se sacia en cada esquina.

Por las noches, la plaza Prisciliano Sánchez se ha convertido en un punto de reunión aún más concurrido que en semanas anteriores.
Y si se trata de saborear la noche, el Parque Morelos es el sitio predilecto. Ahí, el ir y venir de familias se mezcla con el olor a tacos, hamburguesas, pizzas y otros antojitos populares que despiertan el apetito de propios y visitantes.
La presencia de estos visitantes no solo alegra el alma del pueblo, sino que también dinamiza la economía local, generando beneficios para comerciantes, taqueros, loncheros y demás prestadores de servicios.
Ahuacatlán, hoy por hoy, resplandece entre recuerdos y encuentros, confirmando que no hay lugar como el hogar.
Discussion about this post