Su valiente lucha contra el cáncer deja un vacío en la comunidad.
AHUACATLÁN.
La partida de Jesús Nolasco ha sumido en profunda tristeza no solo a sus seres queridos, sino también a los diversos círculos sociales de Ixtlán y Ahuacatlán.
Después de semanas de una batalla feroz contra la enfermedad, su cuerpo finalmente sucumbió, dejando atrás un legado de coraje y resistencia.
El maldito cáncer, que irrumpió en su vida cuando apenas rozaba los 60 años de edad, marcó el trágico final de su existencia.
A pesar de someterse a numerosos y agotadores tratamientos de radioterapia y quimioterapia en su afán por combatir las células malignas, su organismo se fue debilitando gradualmente.
Jesús Nolasco, oriundo de Ixtlán, pero residente desde hace muchos años en Ahuacatlán, enfrentó su enfermedad con valentía y determinación, manteniendo siempre viva la esperanza de seguir adelante.
Durante años, fue un empleado destacado de la Recaudación de Rentas, donde cultivó innumerables amistades que ahora lamentan su partida.
Su ausencia deja un vacío irremplazable en la comunidad, donde su presencia siempre fue sinónimo de amabilidad y camaradería.
Aunque nos duela su partida, recordaremos a Jesús Nolasco con cariño y gratitud por el legado de fortaleza y bondad que dejó tras de sí.
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