- Los genéricos intercambiables y los similares son los más clonados.
AHUACATLÁN.- El médico esboza una sonrisa y, evocando algún recuerdo, indica: Desde hace muchos años no confío en los medicamentos genéricos, mucho menos en los similares.
La razón viene acompañada del episodio que precisamente se le vino a la mente. Fue una ocasión – ya hace muchos años – en que compró un lote de suero antialacránico a mitad de precio. Al momento de aplicarlo, el niño que apenas alcanzaba la respiración por la intoxicación de la ponzoña, el suero no funcionaba, ni con la inducción del calcio y los antiestamínicos.
El doctor Víctor Cervantes, galeno de mucho reconocimiento en la zona sur, admite que funcionarios del Sector Salud le hicieron ver su error. Se había descubierto que en todo el estado se vendieron sueros antialacránicos apócrifos al por mayor. Sacaron de circulación miles de ellos.
En efecto, en México la piratería de medicamentos es una realidad. Víctor Cervantes refiere que estos fármacos pueden parecer iguales, pero no lo son. Las etiquetas, hologramas y otras características les hacen ver como si fuesen de un laboratorio de prestigio, pero en realidad son chatarra.
“Si es un polvo, no es cristalino, más bien parece harina”, apunta el galeno.
El doctor Cervantes Mojarra señala que los medicamentos genéricos y similares, comenzaron a producirse a partir del sexenio de Ernesto Zedillo; de allí comenzaron a pulular un montón de laboratorios de los que ya ni se tiene un control ni un registro determinado.
Es por esa razón que él recomienda los medicamentos que la Secretaría de Salud publica en un vademécum. Son laboratorios que siguen un protocolo de investigación que inicia con los efectos de los fármacos en animales, y, posteriormente, en pacientes voluntarios, tomando en consideración – en cualquier caso – los efectos secundarios; los pros y contras.
El doctor Víctor Cervantes, miembro de la Asociación Médica del Sur (AMESUR) refiere que jamás ha vuelto a recomendar los genéricos intercambiables, aunque reconoce que en algunos casos son efectivos; sin embargo, para enfermedades más fuertes, siempre acude a los medicamentos de última generación. Su actualización es constante y sus pacientes lo saben. No por nada todo el día tiene lleno su consultorio.
Reconoce que hay pacientes con varios hijos, compromisos económicos y sueldos bajos que no pueden acceder a medicamentos de patentes, pero con la salud no se juega, comenta.
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