Un gesto sencillo, pero necesario, que toca la mesa y el corazón de cientos de familias.
AHUACATLÁN.
De Santa Isabel y de Tetitlán. De Valle Verde y de Santa Cruz de Camotlán.
De Uzeta, de Marquesado y de casi todas las comunidades del municipio. Uno a uno, fueron llegando al Club Social y Deportivo de la cabecera.
Llegaron con esperanza. Con paciencia. Con la rutina de quienes han aprendido a esperar, pero también a reconocer cuando el apoyo sí llega.
Todos regresaron a casa con algo más que una caja. Regresaron con la tranquilidad de tener la despensa llena. De saber que, al menos esta semana, la mesa está asegurada.
Fue la entrega del Programa de Alimentación para el Bienestar (PAB) en Ahuacatlán. Una jornada sencilla, sin estridencias, pero profunda en su propósito: aliviar un poco la vida cotidiana.
El presidente municipal, Manolo Andalón, no pudo asistir por motivos de agenda; sin embargo, su ausencia fue cubierta con calidez.

En su representación acudieron su esposa, Maribel Bernal, Presidenta del DIF, y el secretario del Ayuntamiento, Gabriel Ávalos.
Ambos agradecieron el esfuerzo y la dedicación de Keyla Flores, representante del Programa PAB, por coordinar la entrega entre decenas de beneficiarios que, con orden y gratitud, fueron recibiendo su apoyo.
En Ahuacatlán, estos gestos importan. Pesan. Sostienen. Y hoy, una vez más, lo volvieron a demostrar.
























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