Otra semana de luto para varias familias en el pueblo.
AHUACATLÁN.
Uno, dos, tres… y a veces hasta cinco difuntos en menos de una semana. Así se siente la racha maldita que parece ensañarse con Ahuacatlán. Esa que llega de golpe, sin explicación, y deja a su paso una estela de velas, rezos y silencio.
Esta semana no fue la excepción. Apenas arrancaba la tercera de noviembre y ya se escuchaban los murmullos tristes: «Otra vez…»
Apenas hace unos días el pueblo se sacudió con la partida de Jesús —“Chuy Tárula”— y su padre, también llamado Jesús. Murieron con apenas cuatro días de diferencia. El dolor fue doble. El asombro, inevitable.

Y ahora… se repite la historia. Tres fallecimientos en pocas horas.
El lunes, el panteón abrió sus puertas para recibir a don José Carrillo Soto, de 83 años. Nadie imaginaba que su despedida sería solo el inicio.
Y Ayer, Al iniciar el día, corrió la noticia: Fernando Gutiérrez Muñoz había muerto. Tenía 63 años.
Y todavía hubo más. La querida señora Bertha Miramontes —“Berthita” para los suyos— también emprendió su viaje, a los 96 años de edad. Su misa fue esta mañana, con el templo vestido de blanco y muchos ojos húmedos. Después, su cuerpo fue llevado a cremación.
Tres cruces nuevas. Tres familias en silencio. Y el pueblo, otra vez con esa sensación incómoda de que la muerte anda rondando. Porque cuando la racha llega, Ahuacatlán lo siente. Y no hay quién se acostumbre a tanta tristeza seguida.
























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