La “mamá de Viole” deja un vacío imposible de llenar, pero también un legado de amor y fortaleza.
AHUACATLÁN.
La noticia duele y lastima el corazón de Ahuacatlán. Este martes se apagó la vida de la señora Ramona Martínez, vecina muy querida de la calle Miñón, casi esquina con Cuauhtémoc, en el barrio del Chiquilichi.
Mujer sencilla, hecha a la brega, siempre alegre y dicharachera, Ramona era de esas personas que iluminaban cualquier reunión con su risa franca y sus ocurrencias.

Excelente cocinera, esposa fiel y madre ejemplar, supo acompañar a su esposo, don Pedro Elías, en cada paso de la vida, siempre con la frente en alto y el corazón dispuesto para dar lo mejor de sí.
La mayoría la conocía como “la mamá de Viole”, aunque también fue el pilar y orgullo de Lupita y Pedro, de apellidos Elías Martínez, quienes junto con su padre hoy lloran una ausencia que pesa en el alma.
Desde hace un par de años, la salud de Ramona comenzó a quebrantarse. Con temple y valentía enfrentó sus padecimientos, pero en días recientes las complicaciones se agudizaron, hasta que finalmente su corazón cansado dejó de latir.

Su partida deja un profundo dolor en su esposo, en sus hijos, en sus nietos, hermanos y en toda la familia que tanto la amaba.
El velorio tendrá lugar en su domicilio de la calle Miñón, donde esta tarde comenzó a reunirse un río de familiares, amigos y vecinos, todos ellos conmovidos por la irreparable pérdida, pero también agradecidos por haber compartido momentos de vida junto a una mujer extraordinaria.
Desde este espacio, EL REGIONAL se une a las muestras de cariño, solidaridad y duelo hacia la familia Elías Martínez, con la certeza de que la memoria de Ramona seguirá viva en cada sonrisa, en cada platillo preparado con amor, en cada anécdota contada al calor de la familia.
Descanse en paz, señora Ramona Martínez.
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