Al menos cinco familias han sido afectadas; crece el temor en comunidades de California, especialmente en San Diego y el Condado de Los Ángeles.
AHUACATLÁN.
La ola de redadas migratorias en los Estados Unidos ha comenzado a dejar una huella dolorosa entre familias de origen mexicano, y Ahuacatlán no ha sido la excepción.
En la última semana, se ha confirmado que al menos cinco familias originarias de este municipio nayarita han sido directamente afectadas por operativos llevados a cabo por las autoridades de inmigración estadounidenses.

Estas acciones, cada vez más frecuentes en zonas con alta densidad de población latina, han provocado separaciones familiares, dejando un rastro de miedo, incertidumbre y desamparo entre quienes residen en el país del norte sin un estatus migratorio legal.
El impacto se siente con mayor intensidad en el sur de California, particularmente en ciudades como San Diego y en el Condado de Los Ángeles, donde habita una importante comunidad de ahuacatlenses.

En estos lugares, el temor a ser sorprendidos por los llamados «caza inmigrantes» ha trastocado la vida cotidiana de cientos de familias.
“Es una situación muy angustiante”, relató un conocido migrante originario de Ahuacatlán, quien pidió el anonimato. “Muchos ya ni salen de sus casas. Viven con el miedo de ser arrestados y deportados, dejando atrás a sus hijos, sus trabajos, todo lo que han construido”.
Desde Ahuacatlán, se ha manifestado solidaridad con las familias afectadas, reiterando el llamado a que las autoridades mexicanas, estatales y federales, mantengan canales de apoyo y asistencia para los connacionales en situación vulnerable.
Las historias de estas familias reflejan una problemática de gran calado: la urgencia de políticas públicas binacionales que garanticen el respeto a los derechos humanos y pongan freno al miedo que paraliza a comunidades enteras.
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