Habitantes reviven con fervor una de sus más profundas expresiones culturales y espirituales.
AHUACATLÁN.
A partir de este jueves 24 de abril, el Pueblo Mágico de Ahuacatlán se llenará nuevamente del espíritu de una de sus tradiciones más arraigadas y simbólicas: “Los Cerritos”, nombre con el que se conoce popularmente al festejo en honor a la Santa Cruz, el cual se extiende hasta el 3 de mayo.
Más que una peregrinación, este ritual representa una conexión espiritual con el entorno natural y una manifestación del patrimonio cultural de los ahuacatlenses.
Durante nueve días, los pobladores emprenden caminatas por los cerros que rodean el municipio, en una muestra de fe, devoción y memoria colectiva.
El recorrido inicia con la subida al cerrito del Chiquilichi, uno de los más representativos, seguido del cerrito de La Escalinata, después el cerrito de La Presa, continúa por el cerrito de la Otra Banda y concluye en la finca de «La Cruz Aparecida», también en el barrio de La Otra Banda.

Cada uno de estos lugares tiene su propia carga simbólica, formando parte del paisaje físico y espiritual del pueblo.
Estos cerros, más allá de su imponente presencia en el horizonte, son auténticos guardianes de la historia y el folclore local, testigos silenciosos de generaciones que han mantenido viva esta costumbre a través del tiempo.
En estos días será común ver a grupos de personas —niños, jóvenes, adultos y adultos mayores— ascendiendo y descendiendo por las laderas, en procesiones espontáneas cargadas de oración, cánticos y convivencias comunitarias.
Es una estampa que transforma las orillas del pueblo en un escenario de identidad compartida y profunda religiosidad popular.
“Los Cerritos” no solo son un acto de fe, sino también una forma de reafirmar el lazo entre la comunidad, la naturaleza y la espiritualidad, dándole sentido a una tradición que, más allá del tiempo, sigue viva y vibrante en el corazón de Ahuacatlán.
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