Fue retratada por el artista Manuel Benítez, con quien mantuvo una estrecha amistad. Hizo grandes películas a lado del Indio Fernández, Julio Bracho, Erick del Castillo, Sara García y Gloria Marín. Además se le relacionó sentimentalmente con Juan Gabriel.
LOS ÁNGELES, CAL.
Durante éste jueves 21 de julio murió en Estados Unidos la actriz y productora de cine Meche Carreño a los 74 años de edad producto de un cáncer en el hígado. Pero no fue sino hasta hoy viernes que se difundió la especie.
La Academia Mexicana de Artes y Cienes Cinematográficas (AMACC) lamentó este deceso y corroboró la noticia expresando que “…despide con tristeza a la inolvidable actriz Mercedes “Meche” Carreño, merecedora del premio Ariel en 1975 a mejor coactuación femenina por La Choca, de Emilio Fernández. Abrazamos a sus familiares y amigos”.
MECHE CARREÑO; SU PASO POR IXTLÁN.
La tersidad de su piel, aún a los 56 años de edad, era notoria. Se veía lozana, jovial y radiante cuando vino a Nayarit. Un proyecto cinematográfico fue lo que la trajo a estas tierras, atraída por su pasado autóctono sin duda alguna; porque Meche Carreño amaba la cultura mexicana y así nos lo confesó aquel verano del 2004 en la entrevista que con nosotros sostuvo en las instalaciones de “La Casona”, de Ixtlán, situada en aquellos tiempos por la calle Francisco I. Madero, a dos cuadras de la presidencia municipal.
El profesor Manuel Benítez fue el conducto para ese encuentro entre la famosa actriz veracruzana y este reportero. Lunes por la mañana, si mal no recuerdo. La cámara Sony color roja de 24 exposiciones y la grabadora “reportera” fueron las herramientas que utilizamos para esta entrevista con Meche Carreño.
Sentados, frente a frente; cordial y sonriente siempre; bromeando de vez en cuando e irradiando esa coquetería natural que la caracterizaba, pero sin caer en la vulgaridad. Así transcurrió la entrevista, sin prisas y pausas. Sorbos de café antes de responder.
Meche nos contó parte de su vida, desde su nacimiento hasta su alejamiento de las luces y cámaras; de su amistad con los grandes directores y actores de su época, de sus vivencias en Francia y de su asentamiento en los Estados Unidos.
Benítez recién le había entregado un cuadro pictórico en el que mostraba su hermosa figura, desnuda y de perfil; trenzas largas y ojos pizpiretos, ¡Una obra maestra del citado profesor!
Meche Carreño vestía ropa casual cuando nos concedió aquella entrevista. Pantalón corto y blusa holgados; huaraches de piel y un crucifijo en su cuello. Pelo suelto de color café oscuro.
Descuido o quien sabe… pero en una de esas salió de su blusa una “bubi”. ¡No traía sostén!; pero ella no mostró ni pena ni nada por el estilo. Simplemente se “jaló” hacia arriba la prenda y todo volvió a quedar en su lugar. Anécdota para el recuerdo.
Concluida la entrevista salimos a la calle; pero antes de despedirnos nos tomamos la foto del recuerdo, frente a “La Casona”, al pie de un zaguán. Ella tomó mi mano. Yo temblaba y no atinaba qué hacer. Solo esbocé una sonrisa.
No sé cuantos días permaneció Meche en Ixtlán, pero las autoridades de aquel entonces la invitaron al certamen de la reina. Ella aceptó, con la condición que le permitieran bailar en el escenario. Así sucedió.
¿QUIÉN FUE MECHE CARREÑO?
Nació en 15 de septiembre de 1947 en Minatitlán, Veracruz. Fue una mujer liberal y pionera en hacer erotismo de altura en México en la década de 1970, época en que paralelamente surgía el cine de ficheras; María de las Mercedes Carreño Nava, se dedicó a hacer a lado de grandes cineastas como Emilio “El Indio” Fernández y Julián Soler películas que trascendieron e impactaron a la gente de su época por romper estereotipos sexuales.
Fue una gran impulsora de la liberación femenina en México. Y era a través de sus películas que retrataba una realidad que en aquella época se comenzaba a vivir: la sexualización de la mujer por parte del machismo mexicano. Situación a la que ella se opuso participando activamente hasta sus últimos días de su vida.
Durante su infancia se traslada a la Ciudad de México y en su adolescencia estudia arte dramático en la academia Andrés Soler de la ANDA. Participa en diversas obras teatrales experimentales, en una de las cuales colabora con Alejandro Jodorowsky. Durante esa época complementa su actividad teatral con el modelaje y es gracias a esa actividad que la empiezan a conocer masivamente como “La chica del monokini”, al modelar una de estas prendas. Esto le abre las puertas y debuta profesionalmente con Carlos Ancira en la obra El hombre y su máscara.
Fue para ésta época cuando se le ligó sentimentalmente con Juan Gabriel, con quien siempre mantuvo una estrecha amistad. Sin embargo tras este año no volvió a participar en ningún otro filme como actriz. Pero siguió elaborando libretos y dirigiendo algunas películas como productora.
En total hizo 25 películas destacando entre ellas La Choca, La Otra Virginidad, Damiana y Los Hombres y La Sangre Enemiga.
En 1974 incursionó en la televisión de la mano del afamado productor Valentín Pimstein protagonizando la telenovela Siempre habrá un mañana.
En 2009 fue homenajeada en San Miguel de Allende, Guanajuato, durante el Festival Internacional de cine Expresión en corto, donde se le otorgó la cruz de plata 3 En sus últimos años se dedicó al activismo ambiental y planeaba escribir un libro para niños.
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