La falta de información fue el signo sobresaliente en el inicio de la vacunación a los adultos mayores. Y aunque la eficacia, entendida como la capacidad de manejar los asuntos que requieren una logística como la que implica esta campaña de inoculación no se vio reflejada entre quienes llevaron la delantera —los Siervos de La Nación—, hubo una eficacia sin precedentes por parte del personal de salud, específicamente de las enfermeras, para sacar adelante el trabajo y producir muy buenos resultados.
En algunos casos hubo enfermeras que aplicaron más de 150 vacunas. En Jala en total fueron administradas 250 dosis aproximadamente, y en Ahuacatlán el total del municipio fueron 260.
Impedidos por sus superiores para otorgar entrevistas y difundir la información que requería la población ante la incertidumbre que desde días antes había, muchos aún nos cuestionamos por qué habiendo más zonas rurales en Nayarit, con más casos activos y expuestos a la COVID-19, se eligió a San Pedro, La Yesca, Jala y Ahuacatlán. ¿Cuáles fueron los criterios?
Desde el domingo pasado, agentes de la Guardia Nacional resguardaban las vacunas en el Centro de Salud de Ahuacatlán. Con pistola en mano y en estado de alerta, se les vio suspicaces ante las preguntas de los reporteros, quienes se identificaban previamente. Más que vacunación, parecía que al día siguiente iban a fusilar a los voluntarios que acudieron.
Rayaba el sol durante la mañana de ayer cuando la gente se comenzó a concentrar en el Centro de Salud de Ahuacatlán. No había respuestas claras. Ahí comenzó a reflejarse la desorganización. Los adultos buscaban lugar dónde sentarse sin que hubiese el mobiliario para guarda la sana distancia. Insolados quedaron muchos tras horas de espera. La situación se corrigió más tarde, cuando implementaron una nueva forma de hacer ingresar a los ancianos por un lado y salir por otro, aguardando en espacios diferentes y ampliados.
Hubo, sin duda como siempre los hay, Siervos de La Nación e integrantes de las Brigadas de Vacunación que no sólo mostraban empatía, sino buena disposición para atender a ciudadanos y reporteros. Aquellos que aún siendo partidarios —notoriamente— del gobierno federal; sabían la maneras de conducir una jornada de mucho cansancio para ellos.
Desgraciadamente nunca faltan los fanáticos. Jóvenes principalmente neófitos en estos menesteres que nos salían con que “nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador ya dio toda la información sobre los protocolos y todo lo necesario para la vacunación”. ¿Y las comunidades restantes cuándo? ¿Dónde? ¿Hasta qué días? ¿A dónde tenían que acudir los adultos mayores de Heriberto Jara, La Campana, Zoatlán, Santa Isabel, Tetitlán, Santa Cruz de Camotlán; y en Jala, el resto de las comunidades serranas? ¡Era una confusión total!
Algunos de éstos jovencitos, Siervos de La Nación, se afanaban por brindar la mejor información que tenían. Pero pronto eran reprendidos por sus supervisores. Querían mantener el hermetismo. De manera confidencial supimos que habían recibido esa orden, y que hicieran lo posible por vacunar a cuanta gente se pudiera. La meta no era hacerlo bien, sino cumplir con los números. ¡Quieren dar cifras halagüeñas! ¡Quieren enmendar el camino! ¡Emular a Estados Unidos con sus millones de aplicaciones diarias, o a Chile!
Y aunque la mayoría sabía el laboratorio que produjo la vacuna, hubo muchos que no sabían qué se estaban poniendo. La eficacia del biológico va del 63 al 82 %. Y aunque no es el más óptimo, ni lo mejor, es segura y no produjo efectos adversos. Ni una sola reacción secundaria fue reportada. Además, es verdad que es lo que contamos. Las grandes potencias han acaparado las mejores vacunas.
Ante este panorama, la pregunta sigue siendo la misma: ¿Por qué si ya se cuenta con un Sistema de Vacunación eficiente y eficaz en México; uno que ha funcionado y ha sido ejemplo a nivel mundial; uno que es encabezado y desarrollado por especialistas de la salud, se tiene que recurrir a personas sin la capacidad si quiera de mostrar buen juicio para brindar información que, de otro modo, tendrían que dar de uno por uno?
¿Por qué no se perifoneó? ¿Por qué no abrirse a la prensa para difundir las respuestas a las inquietudes recurrentes de los ciudadanos, como lo hacen en cambio los Coordinadores de Salud en cada Campaña de Vacunación contra la Influenza o las brigadas de fumigación contra el dengue? ¿Para qué les sirvió el que se registraran previamente en la plataforma de Mi Vacuna, si atendían por fichas y a quienes fueran llegando aunque no estuvieran dados de alta? Da la impresión que más que Siervos de La Nación, quienes encabezan estas jornadas son Siervos de un amo que todo lo quiere controlar desde Palacio de Gobierno.
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