Creo que fue al iniciar la tercera semana de junio del 2018 cuando conversé por última vez con ella. Dos décadas antes habíamos dialogado en el Pueblo Mágico de Jala, cuando grababa la telenovela “María Isabel”, como actriz y directora, teniendo como protagonista ni más ni menos que a Adela Noriega, a quien entrevisté cerca del banco de arena que se sitúa a un costado de la autopista Jala-Vallarta.
Me refiero en este caso a Mónica Miguel, fallecida este miércoles a los 81 años de edad, víctima de no sé qué; aunque eso es lo de menos pues lo importante es que deja una honda tristeza en el medio artístico y más específicamente en el mundo de las telenovelas.
Nacida en Tepic, Nayarit el 13 de marzo de 1939, Mónica Miguel debutó en la industria cinematográfica y teatral a finales de la década de los 70.
Su gran debut tras bambalinas fue en “Quinceañera”, donde fue directora de diálogos en la popular telenovela de 1987. A partir de ese momento no dejó de colaborar como directora en diversas producciones.
Entre sus participaciones más importantes como Directora de escena estuvieron producciones como “Amor de nadie”, “De frente al sol”, “Los parientes pobres”, “Alondra”, “María Isabel” y “El privilegio de amar”, entre otras, haciendo buena mancuerna hizo nuestra paisana con la famosa productora Carla Estrada.
Cuando entrevistamos a Mónica Miguel, en Jala, se mostró siempre accesible; y fuera de cámaras, en corto, “de tu a tu”, platicamos de su vida personal y de otros temas comunes de ese entonces.
Nunca perdí sus pasos y alguna vez sostuve otra conversación con ella a través de la vía telefónica; pero la última vez que dialogamos fue en el restaurant principal del hotel Fray Junípero, en Tepic. Tomaba yo un café en compañía del director de Gente y Poder, Toño Lora. Era el verano del 2018. Tercera semana de junio si mal no recuerdo.
A cuatro metros de nosotros avisté a un grupo de mujeres que charlaban amenamente. Entre ellas distinguí a Mónica Miguel, quien vestía falda rosa y blazer blanco.
No me apresuré, pero yo volteaba constantemente hacia aquella mesa. Quería saludarla, entrevistarla, platicar con ella, como lo habíamos hecho en Jala.

Cuando lo consideré prudente le dije a Toño Lora: “¿Vamos?, quiero entrevistarla y nos tomas la foto”. El director de Gente y Poder accedió y a los pocos instantes me planteé frente a ella. Me saludo con efusividad. Le recordé mi identidad y ¿qué creen?, ¡Mónica también recordó la vez que dialogamos en Jala!.
Lucía esplendorosa, lúcida y, como siempre bastante accesible. Todavía más: ¡Me invitó a tomar café!; pero sabiendo de sus ocupaciones me abstuve y nos dedicamos exclusivamente a la entrevista y a dialogar. Tuvo hasta la puntada de aventarme algún piropo.
Así era ella: gentil, sencilla, serena, templada, talentosa, digna, inteligente, galante, hacendosa y en fin. Por eso ayer que se dio a conocer su fallecimiento no pude menos que recordarla como fue: ¡Una mujer dulce y atenta! DESCANSE EN PAZ.,
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