JALA. – De la sorpresa a la incredulidad; de la incredulidad a la indignación; así fue como los jaleños recibieron la infausta noticia relacionada con el sorpresivo lamentable e inesperado fallecimiento de David Álvarez y cuyo cuerpo fue sepultado este domingo en el panteón municipal.
El deceso de David ocurrió en situaciones difíciles, complicadas, raras; y aunque las autoridades judiciales no lo han comunicado aún, se presume que murió en situaciones de violencia.
Con apenas 34 años de edad, David era una persona apacible, tranquila, sencilla y hasta cariñosa. Hijo de una respetable mujer que fue regidora durante el período del doctor Juan José Jacobo.
Tenía su domicilio por la calle Juárez del populoso barrio de San Juan; pero sus deseos de superación lo condujeron a buscar otros estadíos, estableciéndose provisionalmente por el rumbo de Puerto Vallarta, Jalisco.
Allá falleció. Llevaba ya algunos días desaparecido; y de pronto localizaron su cadáver al fondo de una barranca, por la carretera federal 200, según lo dio a conocer el diario Tribuna de la Bahía, a la altura del kilómetro 195, entre el poblado de Las Juntas y Veranos y El Tuito.
Horas después sus familiares de aquí de Jala fueron notificados del suceso. Se realizaron las diligencias para su traslado y anteanoche fue velado en su domicilio de la calle Juárez. Ayer sería sepultado después de la misa de cuerpo presente que en su honor se ofreció a partir de las cuatro de la tarde. DESCANSE EN PAZ.
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