Si hace 30 años hubieran existido las redes sociales, lo que ocurrió en Ahuacatlán hubiese sido noticia nacional. Un escándalo. Porque desarmar a una corporación policiaca y deponer a un presidente municipal no es cualquier cosa.
El Movimiento Insurgente, liderado, entre otros, por José Luis Sánchez González, presionó al gobierno del estado para que se relevara, a pesar del orden constitucional, a Raúl Rivera Anzaldo, en otrora alcalde municipal.
Fue pues la fuerza del pueblo, el poder popular, lo que logró tal hazaña. Una lucha entre desposeídos que no tenían casa propia, y que enfrentaron a los pequeños propietarios para conformar lo que ahora es la colonia Demetrio Vallejo; un asentamiento humano que hizo posible una garantía social: el derecho a una vivienda digna.
No se trataba de una revolución armada, pero aquello provocó un cambio social que devino en un movimiento popular más amplio que cundió en todo el estado, provocando que emergieran decenas de colonias más.
En ese entonces la justicia no se hizo por medio de las leyes, sino de la fuerza, una lucha que puso en vilo la vida de Sánchez González y de cientos de mujeres y hombres que le seguían.
Sí hubo diálogo y negociaciones, pero éstos no fueron el factor fundamental en el triunfo de la insurgencia. Es por eso y mil anécdotas que contar sobre aquel episodio en la historia de Ahuacatlán, que para este próximo domingo se llevará a cabo una verbena a las 5:00 de la tarde en el cruce de la calle Morelos y Ramón Loera.
Los organizadores lo conforman viejos fundadores de la colonia Demetrio Vallejo y el Movimiento Insurgente. Ellos recibirán un reconocimiento, una despensa, y durante el festejo habrá comida y obsequios que se rifarán entre todos los asistentes.
Será interesante escuchar cómo un grupo conformado principalmente por mujeres, se posesionó de una parcela y se enfrentó a los terratenientes de aquel entonces. Cómo éstos pretendieron matar a José Luis Sánchez, y cuál fue la postura del gobierno.
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