Omar G. Nieves
A partir de mañana se realizará en todo el territorio nacional una consulta para pedir la revocación de mandato de Felipe Calderón. Los organizadores, un comité civil compuesto por diversas personalidades y organizaciones políticas – provenientes de la UNAM, el IPN y el SME –, sostienen de manera sintética que el ocupante del Ejecutivo federal ha llevado al país a una crisis de ingobernabilidad, haciendo énfasis en la ola de violencia que está dejando la lucha contra el crimen organizado en tiempos de paz, y que por esa razón debemos sacar a Calderón de Los Pinos.
Esta maniobra, que pese no tener efectos vinculantes podría desencadenar una mayor deslegitimación de la figura presidencial, tiene la finalidad principal de despertar el malestar ciudadano para alentar el derrumbamiento del actual gobierno, adelantando una contienda polarizante entre los que aprueban la continuidad del sistema político y los que pugnan por su cambio.
Esta propuesta, que no es nueva y le ha dado resultados a varios movimientos de izquierda en otros países, curiosamente no tiene el aval de Andrés Manuel López Obrador. Y no la tiene por dos simples razones: primera, porque “El Peje” no reconoce a Calderón Hinojosa como el presidente de México – y para pedir la revocación del mandato es necesario reconocerlo como tal –; y segunda, porque de no salir airosos – con un número mayor de votos que el que recibió en la urnas –, equivaldría a legitimarlo.
Sin embargo, Andrés Manuel pasa por alto una consideración valiosa para promover la consulta; y es que la mayor parte del pueblo recibirá el mensaje de un repudio organizado y generalizado contra el actual gobierno, no lo otro, el que a partir de la semana próxima difundirán los esbirros del sistema: “Que la consulta fracasó, que no hubo participación, transparencia y legalidad en el proceso, y que por lo tanto la mayor parte de los mexicanos ‘aprueban’ el mandato de Felipe Calderón”.
Es claro que algunos pocos razonarán complacientemente de la última forma, pero la gran mayoría, aunque no acudan a votar, pensarán que realmente este régimen está agotado, y que es necesario transformar al país, como lo proponemos la inmensa mayoría.
Somos más, lo fuimos en el 2006, sólo es cuestión de despojarnos de los atavismos de la sociedad, en especial el que nos imponen los medios de comunicación como Televisa, Televisión Azteca, la radio y la prensa vendida, los que nos dictan cómo debemos ser, porque así quieren que seamos, “obedientes y sumisos”.
La mesas de consulta o la recepción de opiniones vía internet están en el siguiente enlace: http://www.revocacionmandato.org
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